Más que un juego

Más que un juego

El viento ruge entre las gradas,
las luces brillan como soles en la noche,
y sobre la hierba marcada con blanco,
se extiende un campo de batalla de cien yardas.

Aquí no hay tregua, no hay descanso,
solo el choque de cuerpos y voluntades,
la lucha de titanes envueltos en armadura,
con el destino pendiendo de un hilo.

Durante meses, el sudor empapa el campo de entrenamiento,
las madrugadas se llenan de esfuerzo y sacrificio.
Los cuerpos caen, se levantan, vuelven a caer,
mientras los días avanzan hacia el gran juego.

Huesos rotos, heridas abiertas, sangre en la tierra,
marcas de una batalla librada sin miedo.
La gloria no es para los que dudan,
sino para los que desafían el dolor y siguen adelante.

Pero antes de nosotros, hubo otros.
Hombres que forjaron este camino con su entrega,
cuyos nombres resuenan en los pasillos de la historia,
cuyos ecos aún viven en cada golpe y cada carrera.

Y en la sombra de la banda, una voz firme guía,
un mentor, un estratega, el arquitecto del destino.
No corre, no taclea, pero su visión moldea guerreros,
su palabra es ley, su confianza el fuego que nos impulsa.

Los minutos caen como granizo en la tormenta,
cada jugada es una prueba del alma,
y cuando el silbato rompe la última carga,
solo los más fuertes permanecen en pie.

Porque esto no es solo un juego,
es la prueba máxima del hombre.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Somos lo que hacemos, no lo que descimos qué vamos a hacer

El respeto en el noviazgo.

Que vida la mía